La disciplina es el conjunto de reglas que enmarcan al niño dentro
del comportamiento esperado, pero que principalmente le ayudan a adquirir
aquellos hábitos y valores que sus padres consideran primordiales para sentar
las bases sobre las cuales forjará su personalidad.
Esta
última es la parte más importante y habitualmente la que menos importancia
adquiere en el día a día.
Nos
interesa imponer disciplina para tener las cosas bajo control, para remediar de
manera inmediata un mal comportamiento, para quedar bien parados en nuestra
evaluación como padres, y olvidamos que con la disciplina estamos también,
queramos o no, estableciendo las bases para la formación de la personalidad.
Entonces,
es importantísimo desarrollar estrategias de crianza que vayan más allá de
corregir de manera inmediata y a corto plazo algún comportamiento que nos
avergüenza o molesta de nuestros hijos. Es necesario que estas estrategias
también sirvan para que los niños puedan desarrollar habilidades primordiales
como son:
- Auto-regulación
- Compromiso
- Motivación
- Responsabilidad
- Seguridad en sí mismos
- Capacidad de análisis
- Empatía
- Respeto
Los
cuatro pilares de la disciplina
Desde
mi punto de vista existen 4 pilares básicos que sostienen una buena disciplina.
Cada uno de ellos aporta las condiciones y el balance necesarios para que el
crecimiento de los niños se realice en un marco adecuado. Estos cuatro pilares
son:
- Estructura.- La estructura es el armazón de la disciplina y podríamos resumirlo de una manera simple como: “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”
- Comunicación clara y afectiva.- La comunicación es el medio que usamos para entender al otro, y no debemos privilegiar sólo el “hacernos entender”. Si para educar es necesario “entrar en el mundo del otro” entonces lo primero que requerimos es escucharle y entenderle para desde ahí poder movernos juntos hacia el crecimiento.
- Manejo de Límites y Reglas.- Las reglas son el conjunto de leyes con que se va construyendo el sistema familiar a lo largo del tiempo y a través de inevitables ajustes por ensayo y error. Las reglas deben ser una guía establecida para cualquier acción, conducta o disposición. El trabajo de los niños y jóvenes es poner a prueba el límite y la efectividad de la regla.
- Constancia y congruencia.- Nada sucede de la noche a la mañana. “La constancia es la virtud que hace que todas las demás virtudes florezcan” (Arturo Graf)
Rosamary Rodríguez Piana
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